
Los accidentes son el principal temor de los conductores de automóviles y es una de las razones (además de los costos de mantenimiento y combustibles) por las que algunas personas se resisten a la idea de adquirir un vehículo para sus actividades diarias y prefieren usar el transporte público o pedir un auto en aplicaciones de movilidad.
Es por eso que las marcas desarrolladoras de tecnologías en la industria automotriz han trabajado para conseguir sistemas que ayudan a que un viaje en automóvil sea mucho más seguro y reducir al mínimo los riesgos de accidentes viales, que no sólo son una preocupación por los daños en la integridad de los ocupantes del vehículo, sino además representan costos a nivel económico que afectan de forma fuerte e inesperada a nuestro bolsillo.
Entre esas novedosas tecnologías se encuentra la alerta de colisión frontal, que es un sistema que alerta al conductor sobre la existencia de un vehículo u objeto inmóvil al frente a una distancia en la que un choque puede ser más que probable. Para lograr su cometido, este sistema se apoya en cámaras, radares y sensores para después emitir la alerta con la que el conductor debe decidir si baja la velocidad, frena o cambia de carril para evitar el encuentro con el otro vehículo u obstáculo, en caso de que el conductor no reaccione de manera veloz a estas alertas, entrarían en función el frenado de emergencia y otros sistemas que reducirían el riesgo.
El funcionamiento de la alerta de colisión frontal es muy diverso ya que existen muchas formas en que se puede operar un sistema de esas características por lo que cada marca lo emplea de la forma en que le parece más adecuada.
Por ejemplo, en los vehículos Audi que tienen el sistema completo se realiza la alerta en cuatro etapas. En la primera se lanza la alerta de accidente mientras que se activan las luces de emergencia, al mismo tiempo las ventanas se cierran al igual que techo panorámico, para posteriormente tensar los cinturones de seguridad delanteros. En la segunda etapa se enciende la luz de frenado con la intensidad necesaria para que el conductor ponga atención a ella, en tanto que para las siguientes etapas se comienza a aplicar el frenado y desaceleración del vehículo.
Los vehículos Honda por su parte, utilizan radares para asegurarse de que no existan objetos que pongan en riesgo la conducción y en caso de que así sea envía las señales al cuadro de instrumentos, si el sistema nota que las señales han sido ignoradas, entra en función la asistencia de frenado.
Mientras que General Motors se apoya de cámaras digitales de alta resolución programadas para buscar vehículos o incluso hasta leer las señales de tránsito. Cada vez es más común que vehículos de gama alta estén equipados con estos sistemas de asistencia a la conducción.
Esta tecnología comenzó a utilizarse desde el 2002 cuando Mercedes-Benz presentó su sistema Pre-Safe en París. El Mercedes-Benz Clase S del 2003 fue el primer vehículo en utilizar este sistema que utiliza los sensores para realizar mediciones de ángulo de dirección y aceleración lateral y es capaz de ajustar los asientos, tensar los cinturones tanto delanteros como traseros y hasta levantar los reposacabezas para que se comprometa lo menos posible la integridad de los ocupantes en caso de que no haya posibilidad de evitar la colisión.
Pero como siempre se ha dicho, ningún sistema de asistencia a la conducción será más efectivo para evitar accidentes que la atención del conductor durante el manejo. Si bien es cierto que esta clase de sistemas son de gran ayuda para evitar accidentes de gran importancia, no reemplazan la concentración y la habilidad del conductor porque como cualquier tecnología por muy novedosa que sea es susceptible de fallar.
Es peligroso darle toda la responsabilidad de la seguridad a los sistemas de asistencia a la conducción ya que sus capacidades se pueden ver mermadas por las condiciones meteorológicas adversas que pudieran existir en el camino o una falla repentina que evite su funcionamiento adecuado. La mala iluminación en una carretera, los deslumbramientos excesivos ya sea por consecuencia de la luz directa del sol o debido a reflejos de los vehículos en dirección contraria pueden alterar las mediciones de los sensores, así que siempre será mejor que sea el conductor quien tenga en sus manos la seguridad durante el viaje pues está tecnología es únicamente un apoyo.
Cabe señalar que este tipo de asistencias están pensadas principalmente a la conducción en carretera, por lo que debes desactivarlas en otros entornos en los que su uso más que un apoyo se convierta en una incomodidad. Por ejemplo, si manejas en un entorno de ciudad, la distancias entre los vehículos son menores que en la carretera, por lo que sistema te estará avisando de algo que interprete como una colisión inminente cuando en realidad se trata de un embotellamiento. Por esa razón vale la pena que desactives este sistema de forma manual y solo dispongas de él cuando vayas a salir a carretera.
Fuente: automexico
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