
Los fallos en el sistema de frenos de un vehículo es una de las razones más frecuentes por las que muchos conductores acuden a su taller. Es necesario realizar un mantenimiento de forma regular de los discos del sistema de frenos de nuestro vehículo, así como de las pastillas y del líquido de frenos. También es importante revisar de vez en cuando las pinzas de freno y comprobar que estas no tienen ningún fallo. Evitar este tipo de problemas en nuestro vehículo es sencillo; simplemente basta con realizar de vez en cuando un mantenimiento de las pinzas de freno. Además, si conocemos los motivos por los cuales las pinzas de freno pueden quedarse frenadas, podremos evitar este tipo de situaciones:
- Por la entrada de suciedad. La suciedad y el agua que se acumula en la pinza de freno puede hacer que los componentes metálicos acaben generando óxido, provocando que estos no retrocedan. Es importante tener en cuenta que, si el guarda polvos de la pinza de freno no falla, los pistones y los pernos no tienen por qué atascarse. La entrada de suciedad puede provocar que la pinza de nuestro vehículo se quede atascada y no permita que el vehículo funcione como es debido.
- Porque en el circuito existen burbujas de aire. Otra de las razones por las que la pinza de freno se queda bloqueada o pegada se debe a que, por alguna razón, se introduce aire en el sistema hidráulico, se podrá frenar ya que el aire se puede comprimir. Sin embargo, al soltar el pedal de freno, el pistón no volverá a su posición de reposo. Esto sucede ya que el aire se descomprime y la junta no consigue hacer la fuerza suficiente para retroceder el pistón.
- Por una mala reparación. La mala instalación de cualquier componente puede producir un deterioro o un atascamiento. Los pernos de la guía de freno, por ejemplo, pueden doblarse a causa de una incorrecta instalación o reparación, lo cual provoca fricciones que pueden acabar bloqueando la guía de la pinza de freno. Otro ejemplo puede ser la instalación de un pistón nuevo, pero con los guardapolvos ya usados. La goma puede romperse al reparar y permitir que la suciedad atasque los componentes metálicos. Además, una mala y temeraria conducción o un sobreesfuerzo del vehículo también aumentan el riesgo de que la pinza de freno se quede frenada.
Fuente: blog.frenkit
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