
El embrague es una parte fundamental del coche y que está sometida a esfuerzos enormes. Aunque en sí no es un recambio demasiado caro, sí lo es su sustitución, de modo que es importante que lo tratemos con cuidado.
La buena noticia es que nosotros también podemos alargar su vida y es relativamente fácil el conseguirlo. Vamos a ver cuáles son las malas costumbres más habituales que solemos tener.
Conducir con el pie descansando sobre el pedal
Esta mala costumbre nos puede provocar muchos disgustos, y no lo digo sólo porque estropeemos el embrague, sino porque también puede ocasionar un accidente. ¿Te has fijado en que cuando te dan un susto tiendes a saltar o dar un respingo?. Pues cuando conduces, lo mismo. Los músculos tienden a tensarse involuntariamente y, si llevas el pie sobre el embrague, es muy probable que pises el pedal sin ser consciente de ello, dejando el coche desembragado y sin control. Esto por un lado, pero vamos a centrarnos en por qué es una mala costumbre desde el punto de vista mecánico:
- Lo primero que vamos a estropear directamente es el propio forro del pedal, que se desgasta más. Para mí es un buen indicativo a la hora de comprar un coche usado. Si el pedal está muy desgastado y más por el lado exterior del pedal, me indica que el conductor solía conducir con el pie sobre él y que seguramente tenga problemas con el embrague.
- Lo siguente que vamos a desgastar es el mecanismo que acciona el embrague, que puede ser un cable o un sistema hidráulico. En el caso de ser un cable, lo que suele suceder es que se encoge la funda y se destensa el cable. En los hidráulicos, al trabajar constantemente con presión, se desgastan los retenes del cilindro maestro y del esclavo.
- Por último, desgastaremos el cojinete de empuje del embrague e incluso el disco. Aunque el peso del pie no suele ser suficiente como para vencer la fuerza del muelle y que el disco patine, lo que sucede es que estamos aproximando las piezas que deben transmitir esa fuerza y, en lugar de tenerlas separadas y sin desgaste, que estén rozando constantemente y desgastándose.
Lo malo de esta mala costumbre es que se hace de forma involuntaria.
Estar parados con una marcha metida
Este mal hábito nos hace gastar mucho dinero, sobre todo en los coches con stop & start, ya que al estar detenidos con el embrague pisado no funcionará correctamente, pero centrémonos en qué se estropea por hacer esto.
Muchos opinan que pisar el embrague y estar con una marcha metida no desgasta el mecanismo porque el disco no roza con nada al estar completamente libre. Esto es cierto (siempre que el disco no esté algo alabeado y no roce absolutamente nada), pero lo que hacemos con esto es que los muelles de diafragma del plato de presión vayan perdiendo tensión, estiramos el cable del mando del embrague (o los retenes si es de mando hidráulico) y desgastamos el cojinete de empuje.
No hay excusa, no lo hagas. Cuando vayas a estar parado más de un par de segundos pon punto muerto y suelta el pedal del embrague.
Mantener el coche con el embrague en una cuesta
Ésta es típica del impaciente que tiene 4 coches delante, ve ponerse el semáforo en verde y ya mete la marcha y se prepara para salir manteniendo el coche sobre el embrague mientras los coches de delante aún acaban de empezar a moverse y todavía pasarán unos segundos “para llegarle el turno”. Esto somete a un estrés brutal al embrague porque las ruedas siguen detenidas pero estamos aguantando que no se caiga hacia atrás el peso del coche a base de hacer patinar el disco de embrague contra la maza y el volante motor.
Además del desgaste por la propia fricción, el disco se calienta y está hecho de un material que, al calentarse, se ablanda y se desgasta todavía más rápido. Por si fuese poco, al ablandarse también pierde adherencia, de modo que para mantener el coche en la cuesta tenemos que pisar más todavía el acelerador o soltar un poco más el pedal, aumentando todavía más el calor y destruyéndolo por completo en pocos segundos.
Acelerar demasiado mientras soltamos el pedal del embrague
Éste es un fallo típico de los conductores inexpertos y también de la gente mayor. Los inexpertos todavía no tienen muy cogido el punto al pedal al acelerador . Los mayores calibran peor y han perdido fuerza en sus piernas y también oyen peor y no se dan cuenta de que el motor está muy revolucionado.
Recuerda que el disco gira solidario a la transmisión y, si las ruedas giran despacio o casi no giran pero el motor gira muy rápido, esa diferencia de velocidades de giro la está absorbiendo el disco de embrague. Es el mismo problema que indicábamos en el apartado anterior, es decir, estamos calentando mucho el disco y desgastándolo una barbaridad.
No pisar a fondo el pedal del embrague
Si no pisamos hasta el fondo el pedal no llegamos a separar por completo el disco de la maza y el volante motor. Esto provoca un mayor desgaste en el disco y, además, también estropearemos la caja de cambios, al forzar los sincronizadores que facilitan la inserción de las distintas marchas.
No dejar de acelerar al cambiar de marchas
Hay conductores que no sueltan por completo el acelerador al pisar el embrague para cambiar de marcha o que vuelven a pisarlo antes de tiempo mientras van soltando el pedal lentamente. Siempre que el disco resbale demasiado estaremos calentándolo y desgastándolo.
Arrancar en segunda
Hay veces en las que lo mejor es arrancar en segunda. Si queremos iniciar la marcha sobre una superficie con poca adherencia, lo mejor es arrancar en segunda o incluso en tercera y con mucha suavidad para evitar que las ruedas patinen.
También es una buena costumbre cuando salimos de un semáforo en una pendiente favorable. Soltamos el freno, dejamos que el coche coja algo de velocidad en punto muerto y en cuanto rueda un poco suelto metemos segunda y soltamos el embrague. Así ahorramos combustible y también desgastamos menos el embrague.
Sin embargo, salir desde parado en segunda exige que “juguemos” con el embrague mucho tiempo para que el coche no se cale. Esto desgasta mucho el disco y también lo calienta.
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Fuente: https://www.autocasion.com/actualidad/reportajes/cosas-que-provocan-fallos-del-embrague