Suspensión y dirección

Fallas en el sistema de transmisión

La caja de cambios es uno de los elementos más complejos de un vehículo. Es un conjunto de ruedas dentadas o piñones (un engranaje) que permite convertir el funcionamiento del motor, en movimiento de las ruedas. Requiere de diversos cálculos para su diseño, además, de piezas super resistentes y bien lubricadas. Es importante seguir una serie de pautas que permitan llegar a reconocer qué está fallando en la transmisión del vehículo.

Es posible que la avería no venga de la propia caja de cambios, sino de alguno de los componentes que dan forma al sistema de transmisión como el embrague, los semiejes, las juntas, etc. Si alguna de las citadas piezas falla o se encuentra en mal estado es probable que tengamos problemas.

Síntomas de fallas

Todos los vehículos se encuentran equipados con un sistema de transmisión lo que diferencia a unos de otros es la caja de cambios que lleven instalada: manual o automática. En cualquiera de los casos, si te encuentras con estos síntomas es conveniente que acudas cuanto antes al taller para revisar y solucionar la posible avería.

  • Olor a aceite quemado: Si percibes un olor a aceite quemado es probable que la transmisión se esté sobrecalentando. Cuando ocurre esto podría ser porque los niveles del líquido están bajos o porque no es el aceite correcto para esa transmisión.
  • Ruido en punto muerto: Este comportamiento puede ser debido a un bajo nivel del líquido de la transmisión o porque sea necesario cambiarlo.
  • Los cambios no entran: Esto suele darse en las transmisiones cuando accionamos el pedal del embrague. La causa puede deberse a un desajuste en los cables de los cambios o en la conexión del embrague o bien porque le falte líquido a la transmisión o no tiene la viscosidad correcta.
  • El embrague se engancha: Cuando accionas el pedal del embrague para accionar el cambio y notas que se queda enganchado puede ser que exista algún fallo en los cables de conexión o en los discos.

El sistema de transmisión no suele averiarse, siempre y cuando se lleve a cambio un mantenimiento adecuado

  • Brusquedades en los automáticos: Esto suele ocurrir en maniobras de aparcamiento y se debe a un fallo de la unidad electrónica de la gestión de la caja.
  • La caja de cambios automática patina en todas las marchas o le cuesta acelerar: Puede deberse a que el nivel de aceite se encuentre por debajo del mínimo y habría que reponerlo para ver si se soluciona ese problema.
  • Los cambios ‘se salen’: Si nos ocurre que al insertar una marcha esta ‘salta’ y se sale regresando a punto muerto es una señal más que evidente que hay un problema en la caja de cambios. Pueden ser los elementos de guía, las horquillas, que haya tornillos sueltos o incluso un nivel bajo del aceite.
  • Derrame de líquido: Si observas pérdidas de líquido en el suelo estas pueden ser del aceite de la transmisión. Quizá no sea una avería problemática y sólo haya que cambiar las juntas porque están viejas, pero no lo dejes pasar por si acaso (podría ser aceite del motor y no de la caja de cambios…).
  • El coche tiembla o chirría: Si tu coche chirría a la hora de realizar un cambio o tiembla cada vez que se cambia de velocidad, son indicativos evidentes de que algo no va bien. Los motivos pueden ser muchos, desde falta de lubricación hasta desajuste del montaje o piezas rotas.

A pesar de todos estos síntomas, el sistema de transmisión suele ser un sistema fuerte y robusto que no suele averiarse, siempre y cuando se realice un mantenimiento adecuado para que las condiciones de funcionamiento sean óptimas. Los problemas en la transmisión pueden venir antes de las flechas homocinéticas que, de la caja de cambios, o de las rótulas y juntas. No obstante, el paso del tiempo y la cantidad de kilómetros originan un desgaste especialmente notable en las piezas móviles.

Fuente: motorpasion

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