
Los coches diésel, a pesar de que no atraviesan su mejor momento, siguen siendo a día de hoy la mejor alternativa para muchos conductores y, sobre todo, para impulsar determinados modelos.
La menor capacidad de lubricación de los gasóleos actuales es la principal causa de que empiecen a caer como moscas por fallas inyectores, bombas de alta presión, etc. El problema es que la solución no es sencilla. Hay quien recomienda añadir un poco de aceite de motor de 2 tiempos al gasóleo de vez en cuando. Esto mejora la lubricación de los inyectores y las bombas, pero estropea otros componentes como los sensores de presión de raíl y los reguladores de presión, así como los filtros anti partículas y catalizadores al contaminar los gases que tienen que tratar, de modo que no es la solución ideal.
Los principales elementos que caen por la calidad del combustible en los coches diésel son:
- Inyectores: Trabajan con presiones muy elevadas y su menor poder lubricante desgasta sus piezas internas y los orificios de las toberas, de modo que dejan de pulverizar bien el combustible y también vierten mucho al circuito de retorno.
- Inyector-bomba: Los nuevos combustibles aceleran mucho su degradación.
- Bomba inyectora rotativa: También caen como moscas debido a la peor capacidad de lubricación del gasóleo actual.
- Bombas de alta presión: También suelen fallar por falta de lubricación las bombas de alta presión que elevan desde los dos o tres bares a los que reciben el gasóleo desde el depósito hasta los 2,000-2,500 bares de presión de trabajo en la rampa de inyección.
Averías provocadas por los sistemas anticontaminación Diésel
La necesidad urgente de reducir las emisiones contaminantes de los motores diésel ha llevado a complicar de manera extrema estas mecánicas. Lo cierto es que el motor en sí no varía demasiado, pero ha sido imprescindible añadir verdaderos laboratorios de química a los sistemas de escape para tratar esos gases. Como es lógico, aunque una pieza sea muy robusta, siempre se puede averiar. Es decir, si añadimos más piezas a un coche aumentamos el riesgo de que sufra una avería, simplemente por estadística.
Los problemas de los filtros anti partículas ya son muy conocidos y la mayoría de los usuarios de un coche diésel ya los han padecido. Vamos con las cosas que pueden ser susceptibles de provocar averías en los diésel modernos:
Válvula EGR: Es una válvula que recircula los gases de escape y los vuelve a meter de nuevo en la admisión del motor para volver a quemar aquellas partículas de combustible que no hayan ardido del todo la primera vez y reducir las emisiones contaminantes. El problema es que los gases de escape no están limpios en un motor diésel. Son gases llenos de cenizas y grasas que se adhieren a las paredes de las tuberías, una especie de colesterol en las venas del circuito de admisión del motor. No sólo producen averías en la propia válvula que se agarrota, también obstruye conductos en la culata, colector de admisión, etc.
Gestión del sistema AdBlue: Los catalizadores SCR para reducir las emisiones NOx obligan a montar un depósito extra con el aditivo de urea y un complicado sistema de gestión que inyecta este aditivo en el torrente de gases de escape en la proporción exacta para que la reacción química tenga lugar y el catalizador neutralice estos gases perjudiciales. Simplificando mucho, este sistema añade 7 elementos que pueden fallar:
- Un aforador que mide el nivel de AdBlue en el depósito.
- Una unidad de control.
- Un depósito de AdBlue.
- Un inyector de AdBlue en el escape.
- Un catalizador especial.
- Tuberías.
- Cableado.
Fuente: autocasion