
Limpiar el sistema de refrigeración del coche es una tarea de mantenimiento muy sencilla que, además de eliminar la suciedad acumulada, ayudará a que el motor rinda mejor. Ésta, puede ser llevada a cabo por cualquier persona sin que para ello necesite emplear herramientas de complejo uso.
Antes de iniciar esta tarea, debemos asegurarnos que contamos con una serie de elementos. Guantes y gafas de protección, varios recipientes con y sin tapa, diferentes destornilladores y llaves, un cepillo fino y de cerdas suaves, manguera con pistola o difusor de agua y líquido anticongelante para rellenar el radiador una vez finalizado el proceso.
Los pasos que habría que llevar a cabo para la limpieza del sistema de refrigeración son:
- Antes de iniciar la tarea debemos asegurarnos que el motor del coche está completamente frio. Si estuviera caliente, al abrir el tapón del mismo, podría saltarnos el líquido anticongelante a la cara y por consiguiente quemarnos.
- Abrir el capó y fijarlo con la varilla de seguridad. Una vez descubierto el motor limpiaremos con agua jabonosa la zona que rodea al radiador para eliminar suciedad e insectos. Después, con el cepillo, limpiaremos el radiador en el sentido de sus rejillas (de no ser así podrían estropearse). Tras la limpieza enjuagaremos con la manguera y agua a temperatura ambiente la zona para retirar los restos producidos.
- Una vez limpio el radiador, procederemos a drenar el líquido refrigerante que contiene. Para llevar a cabo esta tarea, nos pondremos guantes y abriremos la válvula de drenaje. Para completar este paso satisfactoriamente es importante que todo el líquido quede recogido en una cubeta o recipiente donde no pueda verterse, pues es muy tóxico para el medio ambiente. Cuando el radiador deje de gotear, cerraremos de nuevo la válvula.
- Cuando el radiador esté vació y el tapón de la válvula de drenaje cerrado, lo volveremos a llenar con ayuda de la manguera de agua. A continuación, volveremos a vaciarlo y repetir el punto tres hasta que el agua resultante esté clara. En todo caso, se mantendrán las mismas medidas de seguridad y de recogida del agua resultante en recipientes cerrados.
- Una vez el radiado expulsa el agua completamente limpia, pasaremos a inspeccionar el estado de la tapa del radiador, las mangueras y las abrazaderas. En caso de encontrar algún problema habrá que sustituirlos por nuevos elementos. Sí lo que necesitas es cambiar tu radiador. «Compralo aquí»
- Cuando hemos comprobado que el sistema de refrigeración no presenta fugas ni problemas, volveremos a llenar el radiador con el nuevo líquido refrigerante.
- Por último, y no menos importante, tendremos que deshacernos de los residuos generados durante la limpieza del sistema de refrigeración. Lo más aconsejable es entregar los recipientes con líquido en un punto de reciclaje o taller especializado para que lo envíen a un gestor de residuos autorizado.
Fuente: https://www.actualidadmotor.com