
Para la mayoría de los propietarios de vehículos, el sistema de escape es un factor al que no le dan suficiente importancia. Hoy en día, muchos fabricantes de automóviles utilizan acero inoxidable aluminizado en la construcción de los tubos de escape y silenciadores que están instalados en sus vehículos. Este material resistente a la corrosión convierte a todo el sistema de escape en un componente que durará casi toda la vida del vehículo.
Ésa es una buena noticia para ti como propietario de automóvil. Por lo general, las palabras “escape”, “silenciador” y “tubo de escape” ni siquiera llegan a cruzar por nuestra mente, hasta que de repente escuchamos un fuerte rugido cuando el silenciador se parte y se abre o se desprende del tubo de escape. En ocasiones, esto va seguido de fuertes rechinidos cuando el silenciador o tubo se arrastra por la carretera. Aún cuando el sistema de escape de nuestro automóvil ocupa un lugar poco importante en la lista de nuestras prioridades, en realidad es un sistema clave en la operación segura, eficiente y silenciosa de nuestros vehículos.
Aspectos básicos del sistema de escape
La idea básica detrás del sistema de escape es dirigir los calientes y ruidosos gases de escape producidos por el proceso de combustión del motor a través del múltiple de escape. Por lo general éste es un colector de escape de hierro fundido atornillado directamente a la culata de cilindros del motor, que va a un tramo sellado de la tubería, a través de un silenciador y finalmente a través de un tubo de escape hasta la parte posterior del automóvil.
El objetivo es simple: llevar los gases del escape potencialmente nocivos a la parte posterior y descargarlos a la atmósfera detrás del vehículo. En el camino, dirigirlos a través de un silenciador para que absorban un gran porcentaje del sonido de la combustión para silenciar el escape hasta un punto que permita tener una conversación razonable y mantener la cordura dentro de la cabina.
Mantenimiento del sistema de escape
En términos de mantenimiento y reparación, los componentes del sistema de escape caen, en gran parte, en la categoría de “si no está descompuesto, no lo repare” que siempre ha sido popular entre los propietarios de automóviles (con excepción de los sensores de oxígeno que se cubrirán posteriormente en este artículo).
Obviamente, todo el sistema de escape necesita estar intacto y sellado para hacer correctamente su trabajo de silenciar el motor hasta un nivel tolerable, protegiendo a los ocupantes en la cabina de los gases de escape y monóxido de carbono, catalizando cualquier combustible no quemado, y proporcionando la señal del sensor de oxígeno al PCM. Cualquier daño físico o fugas necesitan corregirse inmediatamente.
Diagnóstico y causas de las fallas en el sistema de escape
¿Cómo puedes saber cuándo hay un problema? La señal podría ser que alguna noche pasaste por encima de un ladrillo que no pudiste ver. Los objetos grandes sobre los que pasa el vehículo pueden romper físicamente, aplastar o perforar los tubos de escape y los silenciadores.
Pero la principal causa de las fallas en el sistema de escape es nuestra vieja amiga la oxidación-corrosión con C mayúscula. La parte exterior del sistema de escape no sólo es vulnerable a la humedad, las sales, la basura, la arena y a otros restos del camino que pueden producir oxidación, sino también a los subproductos primarios del motor de combustión interna, como agua y ácidos de la combustión, que pueden dañarlo.
Estos elementos se depositan en el sistema de escape y corroen el metal. Por eso los tubos de escape y silenciadores de acero templado que se usaron durante tantas generaciones en los vehículos de motor, se oxidaban más rápido que el tiempo que tarda un cubo de hielo en derretirse en un té en un caluroso día de verano.
Sensores de oxígeno
Los vehículos de motor modernos también incorporan un componente más al sistema de escape: un pequeño sensor de oxígeno montado entre el motor y el convertidor catalítico. Este pequeño dispositivo electrónico compara el porcentaje de oxígeno en el escape con el porcentaje de oxígeno en la atmósfera, genera una señal de bajo voltaje que representa dicha relación, y envía dicha señal a la computadora de gestión del motor cientos de veces por segundo. La señal proveniente del sensor de oxígeno le permite al PCM ajustar la entra de combustible para obtener una eficiencia y rendimiento óptimos, y para reducir las emisiones hasta un valor mínimo.
Fuente: http://www.autosoporte.com/index.php/blog-automotriz/item/437-aspectos-basicos-del-sistema-de-escape