Mantenimiento

¿Cómo identificar y solucionar una fuga de tu auto?

Finalmente, después de muchos miles de kilómetros su motor podría presentar fugas de un tipo u otro, aceite, refrigerante o combustible. ¿Cómo debes manejar una fuga? En primer lugar, enterándote de ella. Si no abres el cofre una vez al mes para revisar el aceite y el refrigerante y para examinar visualmente el compartimiento del motor, ¿cómo vas a sabes que hay una fuga?

Algunos de los síntomas que podrás distinguir pueden ser los siguientes:

  1. ¿Observas manchas en el piso de tu estacionamiento o en el estacionamiento de tu oficina?
  2. ¿Percibes olor a aceite caliente bajo el cofre?
  3. ¿Ves una ligera emanación de humo proveniente del compartimiento del motor?
  4. ¿El aroma agridulce de refrigerante caliente?
  5. ¡Falla del motor/transmisión!

Todas las situaciones anteriores son señales de alarma. Abre el cofre, observa, huele, siente si hay evidencia de fugas. O en todo caso coloca un pedazo de cartón, periódico, o una hoja grande de papel blanco debajo de su carro por la noche. Si descubres manchas frescas en el papel por la mañana, algo se está fugando.

El color de la mancha puede ayudarte a identificar de dónde proviene el líquido, y la ubicación específica debajo del vehículo puede ayudarte a detectar el origen. Toma las precauciones necesarias y aprende a identificar de dónde viene la fuga tú mismo.

  • Aceite negro pardusco: posiblemente la falla provenga del motor, transmisión, caja de transferencia, diferencial.
  • Aceite rojizo de color claro: transmisión, dirección hidráulica.
  • Líquido menos aceitoso y sin color: son los frenos hidráulicos.
  • Verde o amarillo acuoso: anticongelante/refrigerante.
  • Acuoso y aromático: ¡gasolina!

Pequeñas fugas de aceite, como manchas húmedas alrededor o cerca de la tapa de válvula, no son particularmente significativas. Tu motor y tú pueden vivir con este tipo de fugas menores siempre y cuando no permita que el aceite del motor descienda por debajo de un nivel seguro. Pero las fugas menores encuentran la manera de convertirse en fugas mayores cuando no se les atiende a tiempo. Por eso, en algunos casos volver a apretar los pernos de la tapa de válvula (por ejemplo) podría retrasar o detener la fuga, al menos por un tiempo. Pero de cualquier modo, hasta que la fuga deje gotas o charcos en el pavimento, tal vez no valga la pena pagarle a un profesional la reparación, particularmente en vehículos viejos con mucho kilometraje.

Pero eso no significa que no puedas repararla. El reemplazo de las juntas de una tapa de válvulas es relativamente fácil y directo; el único problema real es la accesibilidad. Si puedes llegar a todos los pernos y tuercas de sujeción y la tapa de válvulas sale fácilmente sin tener que quitar una variedad de componentes o conexiones para que quede libre, entonces es un proyecto que puedes realizar tú mismo.

Asegúrate de contar con las herramientas correctas, dados o llaves de tuercas, extensión, matraca o si no cuentas con ellas, lo más recomendable es detenerte en una tienda local de autopartes para adquirir la junta de reemplazo y los suministros, como raspador de juntas o navajas de afeitar de un solo filo, sellador para juntas y limpiador de frenos en aerosol. De igual manera, asegúrate de que sea la junta correcta, no hay nada más frustrante que desarmar todo, limpiarlo y disponerse a volver a ensamblar solo para descubrir que tiene en la mano la junta equivocada.

Fuente:  http://www.autosoporte.com/index.php/blog-automotriz/item/442-fugas-el-dolor-de-cabeza-de-las-manchas-en-el-piso-del-estacionamiento

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