El coche eléctrico es uno de los vehículos que tienen en la mira las personas e instituciones preocupadas por el medio ambiente, en busca de un medio de transporte que no contamine. Sin embargo, su precio, algo más alto que el de los tradicionales, y los poco puntos de recarga, hacen que en la actualidad aún no sean una alternativa realista.
Un coche eléctrico es el que se mueve gracias a uno o más motores eléctricos. No debes confundirlo con los vehículos híbridos, que combinan motor eléctrico y térmico.
Al estar en marcha, los coches eléctricos no generan nada de contaminación, lo que hace que se piense en ellos como los coches del futuro y se impulse su uso desde las instituciones.
Sin embargo, los coches eléctricos sí que tienen impacto ambiental: el derivado de la fabricación de las baterías.
Estas baterías del coche son las que proporcionan la energía al motor eléctrico. Cuando se descargan, el coche no puede moverse. Por ello, antes de que se consuma toda la energía, es necesario conectar la batería del coche a la red eléctrica. Dependiendo del modelo, la carga de la batería puede durar hasta 9 horas.
Una de las desventajas del coche eléctrico es que en la actualidad no hay muchos puntos de recarga públicos. Además, de momento, las baterías ofrecen poca autonomía y los coches eléctricos no pueden alcanzar grandes velocidades.
Una gran ventaja, por su parte, es que no necesitan mucho mantenimiento y que no hacen ruido al circular.
Fuente: motor.uncomo
