La banda de distribución se encarga de sincronizar el movimiento ascendente y descendente de los pistones y las válvulas, por lo que una ruptura de este elemento puede generar reparaciones costosas y hasta el remplazo del motor, porque al perderse el sincronismo entre el cigüeñal y el eje de levas, se pueden estrellar pistones contra válvulas de admisión y escape, ocasionando destrozos severos. Este tipo de reparaciones llega a ser realmente costoso.

Las bandas de distribución llegaron a la industria automotriz con el propósito de reducir el ruido y el peso que suponen las tradicionales cadenas. A cambio se hizo necesario estar más pendiente del mantenimiento, pues su vida útil es limitada y son más sensibles a los cambios de velocidad del motor, situación muy frecuente en las carreteras de México cuando se transita por descensos empinados y se apoya el vehículo con la caja de velocidades para no sobrecargar los frenos.

La vida útil de las bandas de distribución se encuentra entre 60,000 y 100,000 kilómetros de recorrido, o 5 años, lo que primero se cumpla, dependiendo de la marca, las recomendaciones del fabricante y el uso que se le dé al coche, ya que, si se expone frecuentemente a climas muy cálidos, o terrenos con mucho polvo o lodo, es recomendable monitorear frecuentemente la correa.

Teniendo en cuenta que cada marca y modelo de vehículo tiene su propio kilometraje de mantenimiento, el cambio debe incluir, además de la banda, uno o varios tensores y, en algunos casos, una polea inversora. A este conjunto de piezas se le denomina Kit de distribución y es importante tener en cuenta elegir las que estén elaboradas con alto control de las tolerancias, para asegurar alineación milimétrica, e ingeniería de bajo torque para reducir la fricción, al tiempo que los materiales de fabricación deben ser de alta resistencia a la temperatura.

Fuente: especiales.autocosmos