Comenzaremos limpiando el coche en profundidad, sobre todo, por fuera, eliminando toda la suciedad que pueda haber quedado incrustada en la pintura; pero también por el interior.

A continuación, lo que tenemos hacer para cambiar el color del coche es desmontar todas aquellas partes que pintaremos por separado o bien que no necesitan ser coloreadas. Básicamente, se trata de las luces, las placas de matrículas, el parachoques y la tapa del maletero.

Aprovechando que vamos a cambiar el color del coche, revisaremos las pequeñas rozaduras que pueda haber en la carrocería.

Después, lo que tenemos que hacer es tapar con plásticos las lunas del coche, las ruedas y otras zonas de la carrocería que no queremos pintar. Con cinta adhesiva sujetaremos estos plásticos. Antes de comenzar a pintar, revisaremos que todo haya quedado protegido de forma correcta.

Comienza entonces el proceso de pintado del coche, que se deberá efectuar con una pistola adecuada. La persona que vaya a darle el nuevo color al vehículo tiene que ir protegida de forma adecuada, con guantes, máscara para evitar inhalar tóxicos y gafas.

Un vez pintada y secada la carrocería, procederemos a pintarlas piezas que hemos desmontado y que lo necesiten, básicamente la tapa del maletero y alguna otra pequeña pieza que variará en función del modelo de nuestro coche.

Cuando todo esté seco, retiramos los plásticos protectores y colocamos las piezas que se habían desmontado. No hemos de olvidar comunicar a la Dirección de General de Tráfico el cambio de color de nuestro automóvil, así como a nuestra compañía de seguros.

Fuente:motor.uncomo